El Fuerte Amber en Jaipur
Nunca me había subido en elefante, pero deberían ir equipados con cinturones, paracaidas y demás cosas similares, porque sólo con la altura que tienen, el vértigo que da, y el meneo que llevan, los músculos se quedan petrificados del esfuerzo que hay que hacer para no caerse del sillín que llevan a sus espaldas. Eso sí, la subida al Fuerte Amber a lomos de elefantes os asegura un buen rato de risas, porque ver las caras de los turistas que se cruzan con nuestro elefante no tiene precio.
La primera impresión (y extraña) es la de encontrarnos en todo un palacio oriental, pero… invadido por monos. Sí, parecen no temer a los turistas, porque ni se inmutan. Allí permanecen impasibles, mirando y sin moverse, y se pueden contar por decenas, sin exagerar. También es curioso aquel patio central de entrada, donde permanecen «aparcados» tantos elefantes a la espera de que vayan saliendo los turistas, como si de taxis se trataran.
La entrada es realmente bella, con aquellas colosales puertas en cuyo arco superior impera el dios-elefante Ganesh. Desde aquella fachada, con muchísimos bajorrelieves y figuras, destacan las ventanas labradas desde donde miraban las mujeres, ocultas, y su construcción en arenisca roja y mármol blanco.
Este palacio fortificado fue construido en el año 1592 por el maharajá Man Singh. El diseño del Fuerte Amber está muy influenciado por el estilo moghul, y es que la familia de Man Singh tuvo mucho que ver con los moghules, dado que su abuelo fue Bihar Mal, rey moghul, quien casó a su hija con Akbar y envió a la corte a Man Singh.
Este Fuerte Amber era antiguamente un palacio que se encontraba dentro del verdadero y original Amber Fort (al que hoy se conoce como Jaigarh Fort). Hoy, aquel fuerte original, está conectado al Palacio que visitamos por pasadizos y se levanta sobre una colina en un plano superior, como podéis ver en la foto superior.
El palacio es realmente bonito, pero sobre todo, se me han quedado un par de imágenes como mejor recuerdo de aquella visita: en primer lugar sus preciosos ventanales, labrados como solamente en Oriente saben hacerlo. Las vistas desde ellos son preciosas, con todo Jaipur a los pies, y el lago Maotha al otro.
Por otro lado, está el Salón de los Espejos, que luce espectacular, y del que dicen, que la familia real, cuando vivía en palacio, bastaba ocn que utilizaran una simple vela para que iluminara todo este gran salón, gracias a la colocación que tienen los distintos espejos y el reflejo que producen.
Si queréis verlo en vuestro propio monitor, en este enlace tenéis un video de la subida al Fuerte Amber.
Foto vía Panoramio

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