Un paseo por el Ganges

Una de las experiencias más desagradables pero al mismo tiempo especial que recuerdo, no sólo de mi viaje por la India, sino de todos los viajes que llevo hechos (y son unos cuantos), fue este paseo en barca por el Ganges.

Tras asistir atónitos a las cremaciones sobre túmulos en las orillas del río, hicimos una excursión por el Ganges en barca. Ni que decir tiene que haber visto cómo echaban los restos de los que eran quemados a sus aguas, el dar un paseo por allí no resultaba muy atractivo en esos momentos. Además, era tal la cantidad de cremaciones que habían pendientes, que en algunos casos, ni siquiera llegaban a estar incinerados del todo cuando ya eran arrojados al agua, justo encima de donde los hindúes realizaban su baño sagrado diario.

Aquéllo me resultó casi dantesco. Ver cómo en las orillas, y a los pies de los ghats, que son una especie de escalinatas por las que se accede a pie al rio, se acumulaba lo que caía desde los túmulos en alto, el jabón que utilizaban los hindúes para bañarse allí mismo, y las vacas que se acercaban también a quitarse el calor en sus aguas, te dejaba el cuerpo cortado.

Una vez en la barca, y ya en medio de aquel río de aguas absolutamente opacas y marrones, todos nos apretábamos unos contra otros para que ni siquiera nos salpicara el agua. Quizás no suene muy respetuoso cuando se trata de las aguas sagradas en aquella religión. Además, en mi viaje a la India, tuve que adaptarme a muchas situaciones difícilies de pulcritud o limpieza, entrar en sitios descalzos que muchos ni se asomarían, etc. pero aquéllo resultaba superior a mis fuerzas.

Quizás fuera mi respeto al más allá, pero eso de ver cómo de vez en cuando pasaban trozos (y no exagero) chamuscados a nuestro alrededor, flotando en las aguas me ponía los pelos de punta. Por eso aquella experiencia me resultó tan desagradable, porque es lo que menos pude comprender  de aquellas gentes.

Por muy sagradas que sean, las aguas del Ganges están reconocidas como las aguas más contaminadas del mundo, y allí se bañan ellos, entre los animales y los restos.

Hay que reconocer que, no obstante, es una experiencia rica en sensaciones, porque se ven esas cosas increíbles que sólo en la India puede verse. Pero aún así, la mente está tan centrada en evitar el agua que a veces se pasan detalles curiosos, como el de las barcas que se acercan para venderte artículos típicos o como ver amanecer en Benarés.

Podréis pensar que no os lo recomiendo hacer, pero si vais a Benarés es porque sabéis que hay que pasar por eso, y precisamente pasear por el Ganges es la experiencia más típica de esta ciudad.

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Categorias: Benares, Viaje a la India


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