Templos en la India
Rama abrazando a Hanumaan y de Panchamukha Hanumaan, en el Templo de Hanuman, Jaipur.
Símbolos: esa es, probablemente, la palabra clave para comprender y apreciar el significado de los templos religiosos en la India. Y lo es en dos sentidos: hacia adentro, debido a la profunda simbología que albergan, y hacia fuera, como espejos que reflejan la multiculturalidad del país.
Cada templo indio es un sitio sin igual. Y esto se nota sobre todo comparando monumentos de regiones distantes. Los estilos, las costumbres y la apariencia general varía, al igual que lo hacen los pueblos a lo largo de un territorio extenso y de minorías fuertemente identificadas.
Sin embargo, hay características que unen a casi todos estos recintos sagrados, que congregan a fieles y turistas cada día. De planta cuadrada y con señalizaciones hacia los cuatro puntos cardinales, los templos indios tienen la entrada principal generalmente orientada hacia el este, y el icono de la deidad se ubica en el centro de la sala.
Las esculturas religiosas son, a los ojos occidentales, obras de arte de una belleza mística, que ocupan un lugar privilegiado en los templos. Además, el valor simbólico de muchas de las imágenes e inscripciones que decoran el interior es objeto de asombro para los extranjeros, que no logramos captar por completo su complejo significado.
Al momento de la inauguración de un templo, el sacerdote designa un lugar sagrado y lo bendice para que sea colocada allí la figura de la deidad principal. Desde entonces, se considera que el espíritu de este dios se encuentra en todo el recinto, de modo que los fieles suelen llevar con ellos objetos pequeños que, con solo ingresar, son bendecidos por la presencia divina.
Las ceremonias difieren entre sí, pero generalmente incluyen himnos recitados y oraciones individuales y silenciosas. El profundo recogimiento al que se entregan los devotos indios es inspirador, y representa el lugar privilegiado que la religión ocupa en sus vidas.
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