El té, bebida tradicional de la India
Más de 4000 kilómetros cuadrados de tierra son los que hoy se utilizan en la India para cultivos de té. Alrededor de 14 mil fincas y un millón de obreros empleados nos dan una idea de la importancia que estas plantaciones tienen para los habitantes del país. Además, la presencia de la bebida en su cultura es una marca ineludible de las costumbres indias.
Existen básicamente tres regiones de cultivo del té, ubicadas en distintos extremos del país, lo que da como resultado que cada una de ellas genere un tipo de infusión totalmente diferente. Darjeeling, Assam y Nilgiris son las denominaciones de estas áreas de cultivo.
Al pie de las montañas del Himalaya, en la India noroccidental, Darjeeling provee al mundo de una clase de té típico de las zonas de altura. Ubicada a 600 metros, pero extendiéndose hasta los 2000 metros sobre el nivel del mar, esta región se caracteriza por su clima fresco y húmedo. Se considera a este té como el más refinado de todos los existentes, de color ambarino y un sabor moscatel que le ganó el apodo de “el champán de los té”.
Al otro extremo del norte indio, en la zona oriental del territorio, Assam es atravesada por el río Brahmaputra. La humedad de esta región, de abundantes lluvias, brinda a las plantas de té un habitat ideal para desarrollarse. De color brillante y de gusto fuerte y definido, el té Assam es de calidad comercial, y crece en la mayor extensión de cultivo del mundo.
Nilgiris, o las Montañas Azules, pertenecen a la parte sur de la India. Aquí, las plantaciones de té pueden alcanzar los 2500 metros de altura. La infusión resultante se caracteriza por su aroma y su sabor agradables, que se deben a que crece entre bosques de eucalipto y ciprés. ¡Toda una delicia de intenso sabor!.
Foto Vía: Nilgiris

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