La ciudad-fortaleza de Mandu

Mandu

La sugerencia de hoy llevará al viajero hasta el corazón de la India. Para ser más precisos, el destino elegido es el estado de Madhya Pradesh, en el centro del país, donde se halla un enclave cautivador, lleno de historia y de visita obligada: la ciudad-fortaleza de Mandu.

Situado a 90 km de la localidad de Indore (que cuenta con más de 1,5 millones de habitantes), este emplazamiento presenta dos vías de acceso: a través del puerto de montaña de Manpur o bien a través de los llanos de Dhar.

Independientemente de la opción elegida, la hipnótica visión de un profundo barranco burlado por un pequeño puente dará la bienvenida al recién llegado.  Y también lo harán las leyendas dedicadas al sultán Baz Bahadur y a su mujer, la reina hindú Roopmati.

Una vez en Mandu, hay que adentrarse en la ciudad-fortaleza cruzando la Puerta de Bhang, un antiguo pórtico cuya función primigenia era la de defender a la población de posibles asedios. El Jahaz Mahal («Palacio Buque») flota en el centro de un lago, evocando la embarcación  que le da nombre. Del mismo modo, el Hindola Mahal («Palacio Oscilante») parece danzar movido por la brisa. O al menos, eso era lo que se pretendía en el momento de su construcción.

Otro lugar que no hay que perderse es el templo de Nikanth, que se alzó en honor del emperador Akbar. Y por supuesto, también conviene acercarse hasta la notable mezquita de Jama, que descuella por su excelente acústica. Ésta es tan perfecta que, desde cualquier esquina de su vastísimo patio, es posible oír a cualquier persona susurrar desde el púlpito.

No muy lejos de allí, se despliega el lago de Rewa Kund. Según se dice, éste llegó a llenarse con lasa aguas del río Narmada (situado a 90 km de distancia y a 600 m menos de altitud).

Finalmente, tan sólo resta recordar que la interesantísima Mandu suele ser un lugar de paso indefectible para quienes visitan la región de Malwa.

Foto vía: Santhemant

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