Alchi: el monasterio más emblemático de Ladakh
El recorrido de hoy tiene como escenario el norte de la India. Concretamente, esta propuesta conducirá al viajero hasta la montañosa región de Ladakh, en el estado de Jammu y Cachemira.
Salpicada de imponentes construcciones religiosas, que se funden dócilmente con un paisaje dominado por las altas cumbres y las nieves eternas, esta zona no es sólo un regalo para los sentidos, sino también para el espíritu del viajero que acude a la zona en busca de sosiego. A pesar de su generoso muestrario arquitectónico, no obstante, las siguientes líneas centrarán su atención en un solo edificio: el monasterio de Alchi.
Emplazado a unos 60 km de la que fuera la capital del antiguo reino de Ladakh, Leh, se trata de uno de los complejos religiosos más distinguidos del lugar. Asimismo, su situación, en pleno corazón del valle, hace de él una atracción única.
Fundado por un grupo de monjes tibetanos en el siglo XI, este monasterio se halla actualmente en desuso, aunque la comunidad del vecino santuario de Likir se ocupan de su conservación. La entrada es gratuita, aunque los visitantes deben realizar un donativo para contribuir al mantenimiento del edificio.
La mayor parte de su estructura se ha realizado en madera procedente de sauces locales. Según se dice, su construcción es obra de artesanos de Cachemira, que han plasmado admirablemente su huella en las tallas escultóricas y los techos policromados, embellecidos con motivos budistas.
El primero de sus templos, conocido como Du-Khang, destaca por su puerta tallada y la decoración de sus muros, tocados con mandalas. Otro templo interesante es el de Sum-tsek, dotado de tres plantas y ornado con notables trabajos de madera. Asimismo, tampoco hay que perderse los templos del Lotsava Lha-Kang y de Manjusri Lha-Kang, de planta cuadrada. En el caso de este último, además, sus paredes exhiben representaciones de los mil budas.
Foto vía: India Travel Blog

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